Ante las recientes acusaciones de acoso en contra del extitular del Instituto del Deporte del Estado (Indeporte), Adonaí Sánchez Osorio Tuxtla Gutiérrez, el arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, monseñor José Francisco González González, hizo un llamado urgente a fortalecer los lazos familiares y fomentar una cultura de prevención para evitar que hechos de esta naturaleza se repitan.
Tras las denuncias por acoso a una menor atleta del Indeporte, el clérigo enfatizó en reforzar la comunicación en la familia y establecer límites claros entre adultos y menores para prevenir abusos y proteger el tejido social.
El líder de la Iglesia católica en la capital reconoció que existe una creciente sensibilidad en la sociedad respecto a estos casos, pero insistió en que no basta con reaccionar: es necesario actuar desde la prevención.
Acciones
“Lo mejor sería hacer acciones preventivas para que no se den estas situaciones dolorosas que marcan profundamente a la persona y dañan a la sociedad entera”, señaló.
Además, subrayó la importancia de establecer límites claros tanto para los adultos como para los menores, a fin de evitar relaciones confusas o inapropiadas.
“Los adultos tenemos que tener ciertos límites con los menores, y los menores deben ser enseñados también a tener límites con los adultos”, puntualizó.
Asimismo, advirtió sobre el riesgo de normalizar conductas indebidas bajo una falsa idea de que “no pasa nada” o que “todo se puede hacer”, lo que contribuye a entornos inseguros para los niños.
En ese sentido, pidió evitar contactos exclusivos o en espacios apartados entre adultos y menores, para prevenir no solo malas acciones sino también posibles malentendidos.
Por otro lado, lamentó que muchas veces, cuando una persona menor ha sido víctima de abuso o acoso, enfrenta dificultades para integrarse a la sociedad de forma sana y necesita apoyo emocional y psicológico.
“Y a veces no tenemos ni la paciencia ni la capacitación para dar ese acompañamiento”, reconoció.
Finalmente, hizo un llamado a las autoridades, familias y comunidades a asumir con seriedad su responsabilidad en la protección de la infancia, reiterando que la mejor herramienta para combatir este tipo de delitos es la prevención, basada en la comunicación, la educación y el respeto mutuo.